¿Qué es la salud mental de los niños?

22.02.2023

Estar mentalmente sano durante la infancia significa alcanzar los indicadores del desarrollo y los indicadores emocionales, así como también aprender destrezas sociales saludables y cómo enfrentar los problemas que puedan presentarse. Los niños que son mentalmente sanos tienen una calidad de vida positiva y pueden desempeñarse bien en el hogar, la escuela y sus comunidades.

Los trastornos mentales en los niños se describen como cambios serios en su forma habitual de aprender, comportarse o manejar las emociones, lo cual causa angustia y problemas en las actividades diarias. Ocasionalmente, muchos niños presentan temores y preocupaciones o muestran comportamientos disruptivos. Si los síntomas son serios y persisten e interfieren con las actividades en la escuela, la casa y al jugar, puede que al niño le diagnostiquen un trastorno mental.

Tener salud mental no es simplemente la ausencia de un trastorno mental. Los niños que no tienen un trastorno mental podrían diferenciarse en cuán bien se encuentran, y los niños con el mismo trastorno mental diagnosticado podrían mostrar fortalezas y debilidades diferentes en la forma en que se están desarrollando y sobrellevan las situaciones, y tener una calidad de vida diferente. Considerar la salud mental como un proceso continuo y la identificación de trastornos mentales específicos son maneras de entender cuán bien se encuentran los niños.

Entre los trastornos mentales más comunes que se pueden diagnosticar en la infancia se encuentran el trastorno por déficit de atención e hiperactividad (TDAH), la ansiedad (temores o preocupaciones) y los trastornos conductuales.

Otros trastornos y preocupaciones en los niños que afectan la forma en que aprenden, se comportan o manejan las emociones pueden incluir las discapacidades del aprendizaje y del desarrollo, el autismo, y factores de riesgo como el consumo de sustancias intoxicantes y causarse autolesiones.

Los síntomas de los trastornos mentales cambian con el tiempo a medida que el niño crece, y pueden incluir dificultades en la manera en que juega, aprende, habla y actúa, o en cómo maneja sus emociones. Por lo general, los síntomas comienzan en los primeros años de la infancia, aunque algunos de los trastornos pueden aparecer en la adolescencia. El diagnóstico se hace a menudo durante los años escolares y a veces antes. Sin embargo, es posible que a algunos niños no se les diagnostique o detecte el trastorno mental que tienen.

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